“Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.”
--Jesucristo
--Jesucristo
“El que tiene mis mandamientos y los guarda,él es quien me ama.”
--Jesucristo
--Jesucristo
"¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?"
--Jesucristo
--Jesucristo
Hay muchos mandamientos y enseñanzas de Jesús en el Nuevo Testamento. Los diez que siguen representan diez de los principales de las cuales los demás son derivados. Para mayor bendición estudie los evangelios y haga su propia lista de todos los mandatos de Jesús.
I. Mateo 22:36-40 (El Gran Mandamiento)
Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? (37) Y El le dijo: AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE. (38) Este es el grande y el primer mandamiento. (39) Y el segundo es semejante a éste: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO. (40) De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.
II. Mateo 28:18-20 (La Gran Comisión)
Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. (19) Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, (20) enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
III. Juan 13:34, 15:12 (El mandamiento del amor)
Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado.
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
IV. Mateo 6:33 (Lo primordial en la vida del creyente)
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
V. Lucas 22:17-20 (No olvidar nunca lo que él hizo por nosotros)
Y habiendo tomado una copa, después de haber dado gracias, dijo: Tomad esto y repartidlo entre vosotros; (18) porque os digo que de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios. (19) Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. (20) De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.
VI. Juan 13:14-15 (El Gran Ejemplo)
Pues si Yo, el Señor y el Maestro, les lavé los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. (15) Porque les he dado ejemplo, para que como Yo les he hecho, también ustedes lo hagan.
VII. Juan 15:4-5 (El secreto de una vida fructífera)
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. (5) Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
VIII. Lucas 10:2 (Lo que Jesús específicamente nos mandó a orar)
Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
IX. Lucas 6:27-37 (Mandamientos para amar al enemigo)
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; (28) bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. (29) Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. (30) A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. (31) Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos… (36) Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. (37) No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
X. Lucas 6:38 (Mandamiento para dar)
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
NOTA: El Cristiano no debería medir su madurez espiritual en cuanto a su conocimiento del evangelio, sino a su obediencia a lo que sabe del evangelio. No confunda el conocer los mandatos de Jesús con el obedecerlos en tu vida personal. En la vida Cristiana no es tan importante cuanto sabemos, sino cuanto obedecemos de lo que sabemos.
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