1--cada creyente haciendo discípulos
2--cada casa potencialmente una iglesia, y
3--cada templo un centro de preparación y una casa de oración 24/7
¿Cómo transformar este sueño en realidad?
1--reducir a un mínimo el número de cultos en las iglesias (los cultos no producen discípulos)
2--capacitar a cada creyente para ser un discípulo que hace discípulos
3--empoderar, enviar, apoyar y bendecir los esfuerzos de cada discípulo al salir a hacer discípulos en cada rincón de las ciudades, los cantones, pueblos, recintos, provincias, y hasta lo último de la tierra
¿Cómo empezar?
Todo empieza con mi oración personal, "heme aquí; envíeme a mi, Señor." No esperaré a que otros lo hagan, yo lo haré comenzando ahora mismo orando a Dios para que me dé dos almas con quienes puedo comenzar a trabajar.
Con dos otras personas formo un "Grupo de Tres"* ganándoles para Cristo y discipulándoles. Seríamos tres personas creyentes.
Los dos nuevos discípulos siguen mi ejemplo y cada uno de nosotros buscamos ganar y discipular a dos personas más. Con esto seríamos seis personas.
Las seis también buscan ganar/discipular a dos personas más. Ya seríamos doce personas en nuestra nueva comunidad Cristiana.
En un año yo personalmente me responsabilizo de ganar y discipular a seis personas en total. Y estas seis imitan mi ejemplo y hacen lo mismo durante el lapso de un año.
Si de los supuestos 2-millones de creyentes existentes en el Ecuador, solamente 100.000 de ellos (el 5%) se unieran a esta visión, a fines de año seríamos 1.200.000 nuevos discípulos (100.000 x 12).
¿De dónde van a salir los recursos para tantas nuevas iglesias?
Dios ya ha provisto de esta necesidad de tener un sitio donde reunirnos, ¡las casas de los mismos creyentes!
Trabajando de esta forma, a fines del segundo año seríamos 14.200.000 discípulos (todo el Ecuador) y estaríamos en buen camino para lanzar este inmenso ejercito hacia las naciones.
Si la idea es tan sencilla, ¿por qué no lo hacemos? ¿Qué nos está deteniendo?
Para que esta visión sea una realidad, tenemos que hacerla prioridad #1 no solamente en cada una de nuestras iglesias, sino como un reto personal de obediencia a nuestro Señor. Todo lo que distrae de cumplir la misión encomendada por Jesús en la Gran Comisión tiene que ser puesto a un lado. Tenemos que ser celosos por ver el cumplimiento de la Gran Comisión y todo este proceso comienza con mi obediencia personal.
La meta no es crecer la iglesia local con unos cuantos bautizos por año. La meta es cumplir la Gran Comisión de llevar el evangelio de Cristo a todas las naciones.
Nuestros líderes tienen que entender que su rol principal no es predicar mensajes o cumplir con el programa de la iglesia, sino de hacer lo que Pablo exhorta en Efesios 4 de capacitar a todos los santos en su congregación para que ellos cumplan la obra del ministerio encomendada por Jesús hace 2000 años.
¿Quieres unirte a esta visión? No es mia, es el mandato dado por Cristo en la Gran Comisión hace 2000 años. Ya es tiempo de dejar atrás las excusas. ¡Hagámosla realidad hoy!
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* Materiales y taller de capacitación de dos horas disponible para aprender cómo mobilizar a toda la iglesia en hacer discípulos.
1 comment:
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